Las colonias de T. roseum son planas, granulares y de apariencia polvorienta. El color de las colonias parece ser blanco inicialmente y se convierte en un color rosa claro a melocotón.
Los conidióforos de T. roseum suelen estar erectos y miden entre 200 y 300 μm de longitud. Surgen solos o en grupos sueltos. Los conidióforos son hifas simples, que están septadas en su mitad inferior, y tienen grupos de conidios en la punta. Estos conidióforos son indistinguibles de las hifas vegetativas hasta la producción del primer conidio. Los conidios surgen como reventones del lado del ápice del conidióforo que se incorpora así a la base de cada espora. Después de que se apaga el primer conidio, antes de que madure, el vértice del conidióforo directamente debajo sopla un segundo conidio del lado opuesto. Los conidios se pellizcan del conidióforo uno tras otro en direcciones alternas para formar la característica cadena en zigzag. Los conidios de T. roseum (15-20 × 7,5-10 μm) son lisos y claviformes. Cada conidio tiene dos células, siendo la célula apical más grande que la célula basal curva. Los conidios son de color rosa claro y parecen translúcidos bajo el microscopio. Aparecen de un color rosa más saturado cuando se cultivan en masas en cultivo o en la superficie del hospedador (4).
Trichothecium se distribuye ampliamente sobre la vegetación en descomposición, semillas de maíz, harina y en el suelo, por lo tanto, básicamente se consideran saprófitos. Pero también está implicado como patógeno secundario en frutas y vegetales. Comúnmente se considera como contaminante y parásito de hongos carnosos, así como de ser el causante de la pudrición rosada de las manzanas y muchas otras frutas y verduras originada por T. roseum (1).
Además, T. roseum produce tanto in vitro como in vivo los metabolitos tóxicos como la tricotecina, tricotecinol–A, tricotecolona y rosenonolactona. La tricotecina es citotóxica, e inhibe la fermentación alcohólica ya que no es metabolizado por las levaduras durante la fermentación alcohólica (2).
Varios estudios han indicado que el tricotecinol–A aislado de T. roseum causa la muete celular de células HeLa y B16F10, e induce apoptosis posteriormente; así mismo inhibe en gran medida la migración de células MDA-MB-231, lo que revela su notable propiedad antimetastásica (3).